REGULACIÓN EMOCIONAL

Por Juan Diego Paredes Reategui

Antes de entender que es regulación emocional, se debe tener en claro que es una emoción y cual es la diferencia con el sentimiento. El Diccionario de Psicología de Umberto Galimberti nos da una definición clara y concisa de ambos términos.

Emoción es definida como “reacción afectiva intensa de aparición aguda y de breve duración, determinada por un estímulo ambiental”. Es una respuesta que nos prepara para adaptarnos al entorno, es biológica. Además de ello, la emoción tiene cinco componentes: expresión motora, componente cognitivo, componente neurofisiológico, componente motivacional y la experiencia subjetiva. Hay dos posiciones en cuanto a cuáles son las emociones, por un lado, tenemos a la posición clásica que incluye miedo, enojo, alegría, tristeza, asco y sorpresa; y por el otro a una teoría que considera solo cuatro que son alegría, asco/enojo, tristeza y sorpresa/miedo.

El sentimiento es definido, por Galimberti, como “resonancia afectiva menos intensa que la pasión y más duradera que la emoción, con la que el sujeto vive sus estados subjetivos y los aspectos del mundo externo”.

La diferencia entre ambos se da en cuanto al tiempo, la emoción es de corto tiempo y el sentimiento es más duradero. La emoción es innata y el sentimiento requiere de conciencia. Además, las emociones muchas veces se pueden observar, el sentimiento no.

Entendiendo esto, pasamos a la regulación emocional. Se puede definir como toda estrategia que ayuda a manejar las emociones de manera adecuada, la meta es el equilibrio emocional. No existen las emociones negativas, todas las emociones tienen su importancia. No se busca suprimir la emoción, sino controlar los impulsos, las acciones y tolerar la frustración.

Hay estudios que indican que una regulación emocional deficiente puede derivar en distintas patologías como, por ejemplo, trastornos del estado de ánimo o trastornos de ansiedad.