Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en Filosofía y CCSS
Mi madre vendía frutas , y yo ya era infante entrando a niño, y comíamos frutas en el desayuno, frutas de postre en el almuerzo y solo mi padre nos libraba de las frutas en la cena, porque hasta el mismo se hartaba, “coman frutas para que sean sanos y crezcan decía la vieja”, de hecho ahora pasado los años noto que si he ido al hospital es a visitar amigos y amigas pero yo aún no, tenía razón la mamá, pero de esos años de infancia y niñez recordaba la afamada manzana chilena, casi todas sus caseras pedían y separaban por anticipado la famosa manzana chilena, era venta fija, hasta ahora lo es, y claro que esa poma reflejaba la cultura del país del sur.
La manzana chilena la consumías y te hacia olvidar la afrenta de la guerra del pacifico, comías y te daba amnesia al “repase” que hicieron el ejército chileno a nuestras tropas caídas, comías la manzana chilena y te daba preterición lo que hicieron con Grau, con Paula Fiada, y otros héroes de nuestra patria.
La manzana chilena nos daba a entender sensorialmente en ese país, una manzana que superaba a nuestras manzanas de los agricultores peruanos, una manzana uniforme, disciplinada, casi del mismo color, todos y que, a pesar de su costo alto, las mamás peruanas no dudaban en pagar porque “la calidad cuesta”.
Entonces te hacías una idea de ese país, limpio, pulcro, incorrupto, lideres rigurosos, como que nos ganaba aun la derrota sufrida hace más de 100 años convirtiéndola en su servilismo , incluso conocí a varias personas que nos mostraban después de ir de visita o estudios a Chile que era un país en hábitos y ciudadanía superior el Perú, pero poco a poco analizando sus números estadísticos de desarrollo estos mostraban lo contrario, en resumen Chile fue para el mundo un maquillaje perfecto de buen y próspero país, igual a la manzana chilena, hecha en laboratorios y no en la tierra, puro superficialísmo, eso era Chile, eso es Chile, puro maquillaje, un disfraz, un teatro donde no mostraban su realidad y tapaban sus vergüenzas.
Los pobres de Chile no difieren mucho de los pobres del Perú, la política de atención en la salud de Chile es realmente atroz y espeluznante porque allí se mueren por inacción ni siquiera por operación como lamentablemente pasa en el Perú, la educación básica es de rangos mediocres y solo la educación privada se luce con sus resultados, aquí el maquillaje fue perfecto, y ni que decir de la educación superior no universitaria y universitaria, allí se financia del bolsillo de los padres o del estudiante, aquí aún se defiende la educación pública gratuita superior, y así entre otros referentes en industria, mercados, empleabilidad , etc.
Por eso el pueblo cuyos hijos mataron peruanos en la guerra del pacifico, por eso el pueblo cuyos hijos que iban al extranjero fingían ser los “tigres de Latinoamérica”, dejaron de simular y se alzó en protesta, diciéndoles ¡basta! a su clase política dirigente, hoy podemos notar los indicadores económicos y sociales de la verdadera Chile un desastre para los pobres y clase media, una bonanza para la clase empresarial y millonaria de ese país.
Hemos visto ahora un país que protesta por las injusticias sociales, se hartaron, dejaron el miedo de perder todo, porque incluso ya lo han perdido, nuevamente el eco filosófico “trabajadores unidos no tienen nada que perder” del filósofo judío se vuelve a escuchar, retumba y si aquí en el país y en la región no hay mejoras la reacción social se viene pronto.
Ya se botó a congresistas ineptos y corruptos con las movilizaciones populares, ahora toca botar la pobreza, la exclusión, la explotación laboral, el trato inhumano en salud, la desigualdad educativa, industrializar, ser no meros exportadores de materia prima sino industrializar la patria, es momento de botar y protestar por exigir un mejor país para todos y no solo para los compadrazgos distritales, provinciales y regionales.