Se trata de los actores comunales de los servicios alimentarios de Ica, Loreto, Cusco, y Lima, responsables de que los niños usuarios reciban sus alimentos a tiempo.
El Programa Nacional Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) cuenta con 974 repartidores de alimentos, quienes cumplen un papel fundamental en la atención alimentaria y nutricional de los más de 60 mil niños usuarios del Servicio de Cuidado Diurno.
En los 519 distritos intervenidos por Cuna Más, los repartidores de alimentos transportan las raciones a los más de 2150 Centros Infantiles de Atención Integral (CIAI), a través. Ellos cumplen las normas establecidas para la buena manipulación de los alimentos, que garantizan su seguridad para el consumo. Sin embargo, lo más destacable es su vocación de servicio en beneficio de los niños de su comunidad.
A continuación, los testimonios de los repartidores de alimentos de Ica, Loreto, Cusco, y Lima.
1.- Camilo Vásquez llega puntual al Servicio Alimentario “Vaso de Leche G4”, en Villa El Salvador, para llevar con cuidado los bolsos térmicos a los centros infantiles “Casa Belén”, “Local Comunal Oasis de Villa G4” y “Gotitas de Amor”. “El mototaxi es mi vehículo de trabajo, sostén de mi familia, que me ha permitido, desde hace un año y medio, colaborar con mi comunidad y con los niños. Las mamás y los papás me saludan, me reconocen y hasta bromean: ‘cuidado con la comida de mi niña’, me dicen. Agradezco poder colaborar y ser parte del programa”, se despide Camilo.
2.- “La ayuda que brinda Cuna Más a las familias es necesario e importante. En Ica, la mayoría de las madres y padres trabajan en el campo, y dejan a sus hijos en buenas manos, como son las madres cuidadoras. Me parece muy bien que Cuna Más este aquí y que más niños sean atendidos. Soy feliz de compartir mi tiempo, de colaborar con Cuna Más y mi comunidad”, comenta Andrés Quispe, quien tiene 61 años de edad, y está agradecido por la oportunidad de ser voluntario; y, sobre todo, por la atención que recibe su nieto Benjamín Andrés en el Centro Infantil de Atención Integral “Los Pequeñitos del Centro Poblado de Villacurí”.
3.- En el distrito de San Juan Bautista, provincia loretana de Maynas, el cielo se impone con su traje azul entre el verdor de los árboles, pero no hay como la alegría y el carisma de Elvis Gonzales, de 28 años. Su vocación de servicio y responsabilidad lo ha llevado a ganarse la confianza de su comunidad y sus compañeras del Servicio Alimentario “Primavera”. “Cuna Más me ha enseñado el valor que tiene el voluntariado. Aquí conocí el amor y el significado de servir. cuenta Elvis, quien lleva los bolsos con los alimentos a los centros infantiles “Modelo” y “Local Comunal Primavera”. En un momento recordó a su hijo Paul, que falleció hace tres años. “Pasé los mejores momentos junto a él, en el tiempo indicado. Los hijos son lo mejor del mundo”, señala.
4.- El sonido de su mototaxi, alerta a los niños y a las madres cuidadoras que llegaron los alimentos del Servicio Alimentario “Kanchari”. Marcos Flores, es el responsable de que los niños de los centros infantiles “Titánic” y “San Miguel” consuman sus alimentos a tiempo.
Marcos tiene 35 años, dos hijos y el sueño de abrir su negocio de venta de motos y motores. “Yo tengo secundaria completa, pero he trabajado en varios rubros, donde he conocido a gente solidaria y he aprendido a desenvolverme. Cuna Más es una gran responsabilidad y más por el voluntariado. Yo estoy aquí para colaborar como ciudadano y como papá”, cuenta este joven padre que quiere lo mejor para sus hijos y su comunidad. “La niñez es una etapa que se recuerda para toda la vida”, finaliza Marcos.
5.- Percy Sánchez nació en Satipo, la tierra de las cataratas y pozas naturales. Tiene 47 años y cumple el rol de repartidor de alimentos en el Servicio Alimentario “Fuente de Vida”, ubicado en el distrito de Ventanilla, Callao. Su hija Yamilet fue usuaria del CIAI “E5”, en Pachacútec, Ventanilla; y guarda grandes recuerdos. “Mi hija estuvo en cuna y la experiencia es muy grata, le daban sus dos refrigerios y su almuerzo. Las madres cuidadoras son atentas y tuve la confianza de dejarla mientras mi esposa y yo trabajábamos. Nos han ayudado bastante en el desarrollo de habilidades de mi hija y, hoy, en el colegio donde está, resaltan lo despierta e inteligente que es”, dice Percy, quien se siente contento por ser actor comunal, lo que le permite ayudar a su comunidad.