El proyecto Haku Wiñay de FONCODES ha tenido un impacto positivo en la generación de ingresos autónomos de los hogares rurales en pobreza extrema. El rubro de ingreso por servicios, comercio, artesanías y otras actividades independientes no primarias se incrementó en 35 por ciento por efecto del programa, mientras que en el rubro de actividades agropecuarias independientes el incremento fue del 14 por ciento.
Así lo revela un estudio de evaluación realizado por el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), el cual precisa que hubo un impacto positivo y significativo en los ingresos agropecuarios y en los ingresos provenientes de actividades no primarias de las familias rurales usuarias del proyecto.
Haku Wiñay (“vamos a crecer”) es una iniciativa de FONCODES -programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social- orientado a la inclusión económica de los hogares en pobreza extrema a través del desarrollo de capacidades productivas y de emprendimientos rurales. Se puso en marcha en octubre de 2012 y ha venido ampliándose progresivamente.
Este proyecto que promueve el desarrollo de capacidades productivas y emprendimientos rurales interviene a la fecha en la sierra y selva de 20 departamentos del país trabajando con alrededor de 100 mil hogares en la implementación de cuatro componentes: fortalecimiento de los sistemas de producción familiar, mejora de la vivienda saludable, promoción de negocios rurales inclusivos y fomento de capacidades financieras.
El estudio fue realizado por los investigadores Javier Escobal, Carmen Ponce, Cynthia Paz, José Heredia y María Isabel Remy, acompañados de un equipo técnico que hizo trabajo de campo en diferentes tiempos y diversos territorios de intervención del proyecto.
La investigación revela que los hogares usuarios muestran mejoras en la implementación de prácticas saludables en la vivienda; el uso productivo de los residuos sólidos (compost) se incrementó; se amplió el uso de cocinas mejoradas y se redujo el consumo de leña para cocinar. También ha crecido el consumo de vegetales y tubérculos con alto contenido de vitamina A, y revela una mejora en la ingesta de carne de cuy, cordero y res con alto contenido de proteínas.
“Además de la transferencia de tecnologías productivas, la intervención ha tenido un impacto positivo sobre dos áreas centrales para la generación de ingresos autónomos: capacidades financieras (ahorro) y capacidades para implementar y consolidar emprendimientos”, precisa el informe.
Por otro lado destaca que los ganadores de los concursos de negocios rurales que implementa Haku Wiñay elevaron sus ingresos autónomos en mayor proporción.
El estudio está contenido en el libro “Combinando protección social con generación de oportunidades económicas. Una evaluación de los avances del programa Haku Wiñay”, presentado ayer viernes por la noche en la sede GRADE.
Un grupo de expertos comentó y analizó los resultados de la investigación.
“Este proyecto es rentable para el Estado”, dijo Carolina Trivelli, ex ministra del MIDIS y una de las impulsoras de este proyecto. Sostuvo que Haku Wiñay tiene un menú amplio y flexible de opciones para ser usado por las familias como oportunidad para incrementar sus ingresos.
La evaluación indica que esta inversión del Estado peruano, a pesar de los problemas de implementación reportados en algunos componentes y espacios, reporta un ratio costo-beneficio de 2.8, y esto es una muy buena noticia. La tasa interna de retorno resiste cualquier análisis para demostrar que es una inversión rentable. Son muy buenas noticias porque es una argumento fuerte para la discusión presupuestal”, afirmó.
“El programa cumple con sus objetivos, representa realmente un camino hacia mayores oportunidades para los más pobres, y representa además un buen uso de los recursos públicos”, subrayó. “FONCODES tiene –dijo-una oportunidad enorme para expandir más los beneficios del programa de Haku Wiñay”.
César Sotomayor Calderón, viceministro de Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura y Riego, señaló que Haku Wiñay es el resultado de una vasta experiencia del Estado en proyectos productivos que tuvo en el modelo Núcleo Ejecutor de FONCODES la oportunidad de plasmarse integral y articuladamente como una estrategia para enfrentar la pobreza rural.
“FONCODES nos dio el ambiente para hacer innovación porque tiene un instrumento único a nivel nacional, el Núcleo Ejecutor; éste permite que el Estado pueda confiar en el ciudadano y transferirle directamente fondos para contratar asistencia técnica, y pueda dar cuenta del uso de estos fondos públicos”, afirmó.
Javier Escobal de GRADE, quien encabezó la investigación, manifestó que la metodología para evaluar el programa comprendió un diseño aleatorio en la elección de los centros poblados intervenidos y no intervenidos (grupo de control), así como dos estudios cualitativo y cuantitativo de la información recogida en campo, entre otros aspectos. Sostuvo además que la investigación debe servir para introducir mejoras al proyecto Haku Wiñay.
Ricardo Vergara, consultor, comentó que “el libro está hecho con seriedad y sin ideología”.
“No está orientado -argumentó- a la construcción de verdades emocionales que sustenten la adscripción a programas o de fidelidades a determinados políticos, sino a fortalecer lo que ha sido muy exitoso, el diálogo de los expertos académicos con la burocracia del Estado firmemente comprometidos los dos en obtener resultados que puedan trascender la circunstancia bajo la cual fueron concebidos”.
“Esto es una cosa que puede servir de mucho para el próximo gobierno, y es una lección que debe aprenderse”, subrayó.