El riesgo que implica la crisis alimentaria que existe a nivel global no es ajeno a nuestro país, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el año 2021 cerca de 6,8 millones de peruanos, se encontraron en condición de inseguridad alimentaria grave, lo que representa el 20 % de la población, esto implica que dichas personas podrían no haber consumido alimentos durante un día o más, informó el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan).
La crisis alimentaria es desencadenada por varios factores, como los eventos climáticos que provocan escasez y aumento de precios en materia prima; el crecimiento poblacional y los conflictos bélicos. A nivel mundial, los fenómenos climáticos que generan inseguridad alimentaria son las sequías, inundaciones y deslizamientos por lluvias, los cuales han afectado gravemente la producción de alimentos.
Según la Organización de las Naciones Unidas, la cantidad de sequías ha aumentado en un 29 % desde el año 2000 al 2020 en el mundo. Al respecto, según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, se estima que, de aquí a 2050, las sequías podrían afectar a tres cuartas partes de la población del planeta, tratándose de un problema mundial y urgente.
Otros fenómenos que afectan la vida de las personas, así como generan inseguridad alimentaria, son las inundaciones y deslizamientos provocados por fuertes lluvias. La presencia del ciclón "Yaku" en la costa provocó intensas precipitaciones en el norte y centro del país, afectando grandes áreas de cultivos agrícolas como los de arroz, limón, plátano, menestras y maíz; aumentando los precios de los mismos, en regiones como Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Cajamarca, San Martín, Pasco y Lima, lo que agrava aún más la inseguridad alimentaria.
Asimismo, en la ficha técnica que presenta el Ceplan a través del Observatorio Nacional de Prospectiva sobre riesgos “Crisis alimentaria”, se menciona que la escasez de fertilizantes ha derivado en el aumento de precios y afecta en un 46,7 % a la productividad de cultivos de pequeños y medianos productores deteriorando su productividad, según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019. A ello se suma la interrupción de la cadena global de suministros, que ha ocasionado un incremento de los precios de los alimentos que agravaría la situación de la inseguridad alimentaría de las personas.
Las consecuencias de la crisis alimentaria son graves y afectan principalmente a las personas de bajos ingresos, a los productores agrícolas y a los consumidores, ocasionando incremento de la mortalidad, aumento de la pobreza, desigualdad, anemia y desnutrición, reducción del crecimiento económico, retraso en el crecimiento infantil, problemas de salud física y mental, además de generar desempleo y conflictos sociales.
Al respecto, según la FAO, en el año 2021, entre 702 y 828 millones de personas sufrieron hambre en el mundo, lo que representa un incremento de 46 millones de personas respecto al 2020, y 150 millones más que en 2019. Más del 50 % de la población afectada se sitúa en el continente asiático y más de un tercio en África, principalmente en países de bajos ingresos, y en lugares donde existe un gran porcentaje de la población que vive en pobreza y/o en condiciones de desnutrición.
Ante el gran porcentaje de población en situación de vulnerabilidad económica que aumenta la probabilidad de caer en situación de inseguridad alimentaria, el Ceplan recomienda desde los gobiernos locales concientizar a la sociedad sobre la magnitud de este problema y tomar medidas de prevención para reducir su impacto, por lo que se debe trabajar coordinadamente para garantizar que todas las personas tengan acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos.
Si deseas conocer más sobre este y otros importantes temas acerca de las tendencias, riesgos y oportunidades en el futuro, ingresa al Observatorio Nacional de Prospectiva del Ceplan, desde el siguiente enlace: https://observatorio.ceplan.gob.pe/ficha/r35_2022
