REFLEXIONA PERÚ

Por Fiorella Gutiérrez

Es cierto, no podemos celebrar ante tanta desgracia. Muchas vidas humanas partieron inesperadamente, empero nuestro amor por nuestro país jamás morirá.
Todos los peruanos, absolutamente, conformamos nuestro país Perú; en efecto, no podemos obviar los inmensos vacíos que existen en nuestra política y en nuestro viciado sistema, como educación, salud, económico, etc. Todavía falta mucho trabajo por hacer, desde terminar con los gobiernos corruptos hasta brindar educación a todos los peruanos, sin dejar a ningún pueblo sin recibirla.

Creo que este 28 de julio debemos tomarlo como una reflexión ante todo lo acontecido. La pandemia nos está atacando “como se le da la gana”, se apoderó inmediatamente de nuestro sistema de salud y conforme avanzaba contagió otros sistemas, empero eso no hubiera sucedido si no tuviéramos tantas falencias, vacíos, etc., y es que nos acostumbramos a todo lo informal durante tantos años, a elegir a nuestros gobernantes tal vez sin estudiarlos bien, a ver como algo común la delincuencia o los asesinatos en las calles, a tolerar las faltas de respetos y la falta de educación en la gente, dejar para más adelante lo que debemos de solucionar todos.

Lastimosamente, nuestros “padres de la patria” corruptos, que de alguna u otra manera los elegimos para que nos gobiernen, casi siempre nos fallan o simplemente terminan hundidos en el abismo de la corrupción.

Ante este terrible panorama, ¡Debemos empezar! Estamos en el suelo, tenemos que levantarnos todos, porque la carrera no ha terminado. Debemos corregir poco a poco todo lo que no hicimos antes de la pandemia. Es nuestro presente el que va rescatar nuestro futuro y tal vez así nuestros descendientes vivan en un país ya restablecido que no agoniza.

Hay demasiadas cosas por cambiar y poco a poco se está empezando. Si nos ponemos a pensar solo en un ejemplo tan sencillo como este: un grupo de personas realizan una cola en un centro comercial, ingresa una señora que no es adulto mayor y se coloca delante de la fila. El joven que estaba a la cabeza la mira y le dice ¡señora haga su cola! la señora responde ¡Un favor, pues hijito, estoy enferma! Y se queda adelante. Este pequeño ejemplo, nos muestra a todos que no hay honestidad, valores, integridad y todo ello se adquiere en nuestra crianza.

Para construir nuestro Perú debemos ser conscientes de nuestras carencias tanto en el gobierno como en los no gobernantes, es decir todos nosotros, la población peruana. Primero, debemos aceptar que debemos cambiar en muchos aspectos como: educación, conducta, valores, integridad, honestidad, etc., es necesario para poder continuar la carrera.

¡Ayudemos! Vamos a levantarnos, poco a poco, empezando en nuestras casas, con la crianza de tus hijos, en el respeto y amor que le tienes a tu familia, en fomentar los valores y no la violencia, en leer más sobre la historia de nuestro país para que, los siguientes gobernantes que elijan en un futuro, tal vez, sea uno de tus hijos. Es necesario aniquilar la corrupción, y aunque parezca imposible, sí podemos lograrlo si empezamos desde ahora.

Sí, es necesario que muera la corrupción en la política y en todo el país donde se aplique.

Sí, es necesario la ley de partidos políticos y no lo “partidos” que estamos en política.

Sí, es necesario solo dos fuerzas políticas con ideología propia para nuestro Perú.

Sí, es necesario que muera la prensa mermelera, esa que se alimenta de la corrupción.

Sí, es necesario que todos nuestros sistemas cambien para beneficio de la población.

Sí, es necesario una nueva Constitución Política del Perú, hecha para peruanizar a los peruanos.

Sí, es necesario que seamos creadores y no meros consumidores, autores y no actores de nuestra historia

Sí, es necesario estar informados, educados, culturizados y elegir bien a gobernantes íntegros, honestos.

Sí, es necesario que la población peruana sea honesta, educada, íntegra y con valores.

¡Juntos podemos, reflexionemos Perú!

Fiorella Linda Gutiérrez Lupinta
Terapeuta de lenguaje, escritora, columnista y artista.