COMER AJO

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía

Como dice Woody Allen “solo aquel que comió ajo me puede dar aliento”, el olor del ajo siempre es mejor que el aroma de un pastel de chocolate, y en estos tiempos los equipos de campaña necesitan comer más ajos que gustar tortas de chocolate.

El sabor del ajo, te remueve el paladar, es agrio, insaboro, letal para una lengua creída, pero sus resultados después son eficaces, efectivos y resultantes; el ajo nos pone a saborear la realidad, nos ayuda a saber el escenario concreto sin sobonerias ni poses triunfalistas de actitud fingida de que ya se ha ganado.

El sabor del ajo llega a despertar tú consciente e inconsciente, a dudar de lo que crees seguro, a desconfiar de la palabra del encargado o del especialista o incluso de aquel que se precia de tener arte, ciencia y experiencia.

Por eso decía el famoso y sesudo director de Cine culto y refinado con pintas de chabacanería que “solo aquel que comió ajo me puede dar aliento”; ya que hoy en día se triunfa en minúsculas y se pierde con mayúscula; y que para ganar es preciso comer ajo o beber limón, pero nunca pensar con ron o vino, ya que el dulce probar suena a derrota anticipada y el exceso sinsabor te trae éxito calculado.

Yo dudo de los que dicen “ganaremos”, es una pose hipócrita de quien lee retazos de libros de autoayuda, desconfió de quien empíricamente manifiesta “arrasaremos” porque su lengua es léxico de un nivel de “homo erectus”, y en esta sociedad donde la gente muda de percepción según el tiempo y la ocasión nada es esencia solo apariencia.

El elector finge su decisión, juega con nuestra expectativa, manipula su palabra, engaña con apasionamiento, salvo el que declara a los 4 vientos por quien votara, los demás aparentan un voto en blanco que en el fondo no lo es, el voto en blanco aparenta serlo, pero es un voto vergüenza, ya que eso le causa decirlo vergüenza, por eso prefiere responderte que esta hastiado de esto y aquello que votara en blanco o nulo, nada más mendaz del votante de perfil pragmático.

Esta elección es única, irrepetible y por eso atrayente y de hecho como dice Mae West “solo se vive una vez y si hiciste las cosas bien una sola vez basta”, hagamos las cosas bien como electores, como equipos de campaña seas de los verdes o los naranjas, como candidatos presentes y ausentes, comamos ajo, bebamos limón para que obtengan el triunfo que ganado el proceso tendrán harto tiempo para que disfruten de lo dulce de gobernar.