PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En filosofía

El floro se ha impuesto, la palabra repitente y rutinaria de que todos hacen obras se ha hecho costumbre radial, televisiva y en Facebook, sentimos que lo mejor que tienen las autoridades de gestión son sus relacionistas públicos que bombardean por todos lados que las obras hay y que estamos llenos de bendiciones, repletos de acciones sean municipales o regionales, que hay obras a montón y trabajos por dondequiera.

Sin embargo en la racionalidad natural y geográfica, solo se han removido piedras y tierra, solo se han puesto arena y cemento para sustentar luego por los canales comunicativos que hay labores y que son las mejores gestiones, los mejores gobiernos, más falaces, más embaucadores, más cachafaces, cada día más y más nos llenan de palabras, palabras y palabras.

No hay obras solo arreglos, decoraciones, show, circo y escandalo; las denuncias han destronado a los mega proyectos, los anuncios de grandes obras son solo eso, anuncios, proclamas de plaza pública y cuentos de invierno, no hay obras ni los habrá, solo se darán escenas que brindan comparsa, solo existe corso de palabras, cohorte de párrafos y parágrafos hecho soflamas.

No hay obras solo continuidad de obras, es lo justo y es lo necesario, ya que vivimos con un Estado financiero recesivo que está dando a gotas presupuesto y solo priorizando lo que se debe hacer, y más aún para Pasco, donde según la óptica del gobierno basado en su sistema estadístico la región es clase mediera ya que hay muchedumbre que gana más de 100 mil soles en un mes, por obra y gracia de funcionarios ineficientes y crasos para repartir según la lógica de la justicia social a solo pocos en desmedro de muchos.

Y para que la población se quede dormida, hipnotizada y párvula, fácil, hacemos que la laguna huela mal, que se difundan más las peleas callejeras, que haya vándalos pegándose al lado de una discoteca, que hagan famoso a un perrito que se perdió o que expongan la desgracia del prójimo para aislar los problemas estructurales de la región, de la provincia y de la ciudad.

Existe en el fondo ya muchas cortinas de humo, muchas distracciones y entretenimientos para mantener la calma social, para disuadir al que ve mientras que los otros observan, los escándalos atraen y distraen, que más queda hacer, solo palabrear, decir que se está haciendo cuando en realidad se está meciendo.

En una sociedad donde la mayoría vive según el rol condicionante operante , la conformidad, la adulonería y la ramplonería logran más que la protesta, hacen más que la acción colectiva, de razón la muliza romántica y desdeñosa pudo más que el verso del huayno rebelde y la chimaycha revoltosa.

Por eso las masas bailan al compás de la música que les ponen los que controlan una buena parte de la sociedad a través de los medios de comunicación y de prensa, les resulta bien la técnica de artimaña y control social, hoy la gente está más ocupada en buscar pokemones que trabajar siquiera como peones, hoy la gente está más atenta a campañas subjetivas que exigir obras positivas, está más impulsada a celebrar el calendario cívico que a exigir el cumplimiento de la promesa a ese cínico que gobierna y que administra nuestra suerte social.