Zoe Carrión Trujillo, una niña de 12 años natural de Cerro de Pasco, falleció la madrugada del lunes 12 de mayo en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, en Lima, víctima de una severa intoxicación crónica por plomo y arsénico, metales pesados vinculados a la intensa actividad minera en su localidad de origen.
La menor fue trasladada de emergencia a la capital debido a la falta de atención médica especializada en su ciudad. Según la familia, el diagnóstico fue tardío y, desde su ingreso al hospital, el estado de salud de Zoe fue catalogado como crítico.
Denuncian negligencia médica
Durante su hospitalización, los padres de Zoe denunciaron falta de atención oportuna y la ausencia de un toxicólogo pediátrico. "Nos han dicho que no hay especialistas y que las guías están desactualizadas", declaró su padre, cuestionando el manejo institucional del caso. La familia considera que hubo negligencia y desinterés por parte del sistema de salud, que no cuenta con protocolos adecuados para tratar intoxicaciones por metales pesados.
Un problema estructural que persiste
El fallecimiento de Zoe no es un hecho aislado. Organizaciones sociales y ambientales vienen alertando desde hace años sobre los riesgos que enfrentan las poblaciones cercanas a zonas de explotación minera, como Cerro de Pasco, donde niños y niñas conviven con niveles alarmantes de plomo, arsénico y otros contaminantes en sangre, sin una respuesta integral del Estado.
Un informe reciente de la plataforma Salud con lupa advirtió que el Ministerio de Salud no cuenta con un registro nacional actualizado de personas afectadas por exposición a metales pesados, y que sus guías de tratamiento están desfasadas.
Exigen emergencia sanitaria y atención especializada
A raíz de esta tragedia, colectivos de derechos humanos y salud ambiental han solicitado que se declare en emergencia sanitaria las zonas afectadas por contaminación minera, así como la creación de centros especializados en toxicología ambiental pediátrica. También demandan un plan nacional de respuesta integral para atender a las poblaciones expuestas y evitar más muertes como la de Zoe. El sepelio será el jueves a la 1 de la tarde en el Cementerio Jardines de la Esperanza del distrito de Cayhuayna, en Huánuco.
La historia de Zoe Carrión Trujillo se convierte en un doloroso símbolo del abandono estatal y la lucha de cientos de familias que, aún hoy, enfrentan las consecuencias de vivir cerca de pasivos ambientales sin protección efectiva.