EL NARCISISMO CERREÑO

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En Filosofía

Cuando lo emocional gana a la razón, cuando lo sentimental se impone a lo racional, cuando la reacción es guiada por el hipotálamo y no la neurona, cuando el resentimiento se antepone a la correcta decisión; cuando la motivación es egoísta, envidiosa y egocéntrica no hay avance, ni progreso.

Se estanca la sociedad por culpa de unos que prefieren obstruir y bloquear sin lograr ver el porvenir, el hermoso futuro que quizás se hubiera construido, pero por sus falencias actitudinales obtienen un gris presente y un estancado buen destino.


Nos quejamos de que no hubo oportunidades de progreso como pasqueños, si la tuvimos, tuvo la oportunidad Santiago Huaricapcha de no avisar a sus patrones que había conseguido piedras que brillaban ante el fuego y el sol, pero no, aviso y comenzó a estropearse todo.

Lamentamos de que nunca recibimos nada del Estado, que la deuda histórica con la ciudad de Cerro de Pasco nunca se pagó, falso, se pagó, ¿pero que hicieron con el dinero? Lo agotaron; se recibió algo, poco a regular, pero ¿en que lo dilapidaron? , recibimos abolengos, bonanza y estirpe, acaso no éramos ¿Ciudad Real de Minas? Una ciudad real sin agua pura, una ciudad de reyes sin destino, una ciudad real de nombre, pero de realidad pestilente, cruel, ignota y encima de frio.

Expertos somos para quejarnos, se va la luz nos quejamos, se va la señal de internet nos quejamos, se corta el suministro de agua nos quejamos, se va, se va y nos llenamos de queja esperando que otros solucionen los problemas que es nuestro deber también participar en la exigencia.

No salimos a protestar, no invadimos las calles para exigir justicia con las grandes necesidades, el agua, la luz, el teléfono, la pestilencia y la contaminación, y si salen a protestar la suma no pasa de 58, y solo los afectados, somos buenos quejándonos de boca para afuera, pero no accionamos el temple y carácter social, y encima decimos “para eso hay autoridades”, “para eso hay gobernadores, alcaldes, consejeros y regidores, ellos ganan dinero”, echamos la culpa y responsabilizamos a quienes elegimos como si solo ellos son la salida nuestros males urbanos.

En el Cerro algunos dirigentes se han hecho rico con nuestras miserias, algunas organizaciones sociales de base se han hecho millonarios con nuestras desgracias, y en nombre de nuestros yugos varios hoy bailan en otros lares, festejan en otras esquinas, con climas cálidos y estaciones del año más blandos.

¿Y los que nos quedamos?, ¿los que vivimos, aceptando el frio y la nevada, el trueno y la lluvia?, entre nosotros nos acuchillamos, entre nosotros nos zarandeamos, apuñalamos, y asestamos nuestra involución urbana, nuestra regresión como sociedad.

¿Porque otras sociedades avanzan, progresan y evolucionan?, porque se dividen en sus luchas internas, pero se unen en sus necesidades comunes, hay unidad en sus metas como ciudadanía, aquí nuestro problema se llama individualismo egoísta y recalcitrante acto de personalismo afincado en la idea de que si no gano algo no dejo avanzar a mi sociedad, si no me beneficio no dejo prosperar a la colectividad, vendo mi terreno o mi casa a la minera sin importarme los demás, alquilo mi tierra o la vendo sin importarme que impactos haya, individualismo comunal , político y urbano es nuestro cáncer que socava, la mina no nos mata, el mineral no nos carcome, nos mata nuestra falta de unidad, nos envenena nuestro egoísmo y nos liquida nuestro narcisismo social cerreñista.