“BECA 18 TRANSFORMÓ MI VIDA”: PRIMEROS BENEFICIARIOS CUENTAN SUS LOGROS

En el 11 aniversario del Pronabec, los ganadores de la primera convocatoria comentan sus experiencias y proyectos a futuro. 
 
Más de 81 000 peruanos con alto rendimiento académico y escasos recursos económicos, o en condición de vulnerabilidad, han sido beneficiados con Beca 18 a cargo del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación. Hoy, cinco beneficiarios de la primera convocatoria, realizada en el 2012, nos cuentan sus historias. 

“Más que un apoyo económico, me abrió un nuevo horizonte. El factor económico pasó a un segundo plano y solamente dependía de mi esfuerzo para alcanzar mi meta”, cuenta Eduin Cueva Correa, talento de Cajamarca, quien gracias a la beca estudió Ingeniería Hidráulica en la Universidad Nacional de Cajamarca. Tras egresar de sus estudios ganó experiencia en proyectos sociales, de infraestructura hidráulica, en el sector público y en el sector minero del país. 

El joven se ha dedicado al rubro de gestión, planeamiento y control de proyectos hidráulicos, civiles y mecánico-eléctricos, en los últimos cinco años. “Las becas del Pronabec nos permiten soñar mucho más allá, permite que las brechas se acorten, que no haya límites para soñar con ser profesional”, agrega. Eduin se ha especializado con cursos de posgrado y está próximo a iniciar su maestría. Además, lidera su empresa de consultoría y capacitación en ingeniería hidráulica.  

Por su parte, Irving Izaguirre Román, quien estudió la carrera técnica de Mecánica de Producción en el Instituto de Educación Superior Pública Manuel Seoane Corrales, ahora es el encargado del área de proyectos y de mantenimiento mecánico en una empresa de manufacturación de metales no ferrosos.  

El talento Pronabec se ha dedicado a este rubro desde hace 7 años, y en su trayectoria profesional ha ocupado diferentes cargos y desarrollado iniciativas. 

“La beca fue un cambio muy significativo para mí y también para mi familia, ya que llegó en el momento más oportuno. Si no fuera por la beca no hubiera podido ser un técnico titulado. Ahora puedo valerme de esta carrera para tener un buen trabajo”, menciona. El joven está concluyendo la carrera técnica de Electrotecnia Industrial y se proyecta a seguir estudiando otros grados superiores. 

Asimismo, Thalia Silvera Vila accedió a la beca y logró estudiar la carrera de Ingeniería Agroindustrial en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Luego de egresar, realizó prácticas en empresas exportadoras y posteriormente se dedicó al rubro de la industria de envases. Con experiencia pudo ingresar a trabajar en una empresa transnacional de alimentos. En esta compañía inició como asistente y, tras dos años como trabajadora, fue ascendida a desarrolladora.  

“De no haber sido una becaria, definitivamente yo no tendría esta realidad. Beca 18 me dio la estabilidad económica y psicológica que necesitaba. A este programa yo le debo mucho quien soy, me marcó como persona. Estoy muy feliz por cómo estoy ahora”, reitera la talento, que se proyecta a seguir realizando línea de carrera, así como a estudiar una maestría y luego iniciar su emprendimiento. 

Otro becario de la primera generación es Dheivis Jara Vilca, de Cusco. “La beca fue la oportunidad para luchar por mis sueños, me permitió no cortarme las alas y pensar en grande. Sin duda transformó mi vida”, menciona. Ingresó en el primer puesto de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco y en su formación ganó concursos de investigación.   

Tras egresar, fundó con su familia una empresa de construcción y se especializó en Transformación Digital en la Universidad de Texas de Estados Unidos. Luego, se dedicó a la digitalización de la construcción y creó la plataforma de educación online konstruedu.com con la que ya ha capacitado a más de 18 000  personas de diferentes países. Su iniciativa ganó premios nacionales e internacionales. Ahora su objetivo es lograr que su start-up se imponga en Latinoamérica. 

Rainer Lagos Lapa subraya que “con la educación se puede salir de la pobreza” y menciona que su propia historia es un ejemplo de ello. El joven accedió a la beca a través de la modalidad Vraem, que está dirigida a residentes en los distritos del ámbito del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro. Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Privada San Ignacio de Loyola y tras egresar de la universidad, ingresó como practicante a una empresa de soluciones de ingeniería, suministro e instalación de productos para grandes proyectos de infraestructura, minería y otros sectores.  

Ahora, tras cinco años en la compañía y con experiencia en otros cargos liderando proyectos internacionales, se ha convertido en jefe técnico. “Beca 18 significó una oportunidad, para mí y mi familia, de alcanzar el sueño, oportunidad brindada en un periodo donde las posibilidades de estudiar una profesión se me reducían. Transformó mi vida en todos los aspectos”, remarca. Rainer ha llevado cursos posgrado y planifica ocupar cargos directivos, así como enseñar en universidades. 

Estos son solo algunos de los testimonios de los talentos de Beca 18 cuyas historias de superación son un ejemplo para los miles de jóvenes que esperan poder tener esta oportunidad para acceder a una educación superior de calidad.