EL NEGOCIO EXITOSO DEL AGUA POTABLE

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía

No hay lugar a dudas que el mejor negocio es el agua y su abastecimiento en nuestra realidad urbana de la ciudad, el sueño dorado, anhelado, e iluso, es abastecer de agua al pueblo, pero los únicos abastecidos han sido los presidentes regionales, sus funcionarios y en su momento los alcaldes y los gerentes de la administración del agua.

Traer agua a la ciudad fue y es el tema en cada elección popular, hemos creído ingenuamente a postulantes nacionales, regionales y municipales y no han hecho más que fortuna con la escasez de la gente, han utilizado nuestra necesidad para su saciedad económica y se han ido, han hecho plata y han dejado cobre en las tuberías y alcantarillas.

Llevar agua potable ha sido una quimera con la cual nos han engañado, en nombre de esta penuria se ha gastado más en consultorías que en atención practica de satisfacer a la gente, se han gastado mas en expedientes que en solucionar de manera inmune este problema.

Sin embargo un grupo de “avengers” hicieron posible un presupuesto que solucione este lío coyuntural de nuestra sociedad Cerreña, y Ollanta vino a decirnos que la plata esta lista y presta para remediar este problema, se hizo el expediente y ¡oh sorpresa¡ los genios de la planificación, no sabían que nuestro problema era traer el agua y no cambiar la tubería.

Nunca te pones primero el zapato después las medias, nunca pones primero el ladrillo después la base, es una estupidez, una “pachotada”, ¿quiénes fueron los “foorely” que elaboraron el estudio?, ¡hijos de la ignota y la estolidez¡ nuestro lio de sociedad cerreña es pues la dotación, no la red secundaria; el problema es traerlo y hacerlo potable.

Pero como traer el agua y hacerlo potable resulta complicado y oneroso, mejor cambiamos tuberías y redes secundarias, eso es menos trabajo y mayor ganancia, destruir calles y plazas es más rápido, menos complejo, que ir a construir toda la red de traslado, pelearse con comunidades, atender sus necesidades y encima pagar sus mancomunidades de ley, no eso no, me sale más barato los funcionarios municipales que los dirigentes comunales.

La culpa no es de los que hacen la obra, sino de quienes la proyectaron; y la culpa será de nosotros ahora que hay oportunidad de mejorar y adecuar a la necesidad de la sociedad el proyecto, sino tendremos otra historia mas de las grandes oportunidades perdidas para el Cerro de Pasco.

Por mientras, hay más que rehacer que hacer en ese proyecto, hay que redirigir la nave del proyecto, exige consensos más que disensiones, acuerdos múltiples que acuerdos particulares, que gane la población es la prioridad; la prelación no es que gane el empresario o los sub contratistas, la prioridad no es obtener lucros de esta necesidad, sino servicio satisfecho a los que son la causa principal del proyecto esta sufrible sociedad.