Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía y CCSS
Estoy llegando a la conclusión de que no solo tenemos pésimas autoridades, sino que también cuentan con un malísimo equipo técnico que impide una óptima gestión con resultados gratos a la población.
Lo primero que piensa una autoridad elegida es designar su equipo técnico, esa banda de delincuentes que lo hará millonario sin que se dé cuenta la fiscalía, por eso piensa y se pregunta ¿Quiénes son de su confianza?, pero de extrema y absoluta intimidad, esos o esas que la autoridad electa cavila que le serán leales, quienes serán esos mártires que lo seguirán hasta el mismo tártaro de la sentencia, premeditado ello, los designa, les entrega mediante resolución su voluntad a su esperanza de la lealtad que los sustenta.
Elegido el equipo técnico, inicia la maraña, la mafia, la forma de que la autoridad será recompensada, inician las negociaciones de quienes serán los beneficiados en las licitaciones, de las proveedurías y ¡oh! Sorpresa, los bendecidos no son los que apoyaron en campaña, los privilegiados no necesariamente son los que sustentaron la acción electoral, sino más bien quienes proponen más porcentaje de ganancia que los otros, quienes diezman mayor, y quienes usando sus influencias mediáticas o logísticas se imponen ante los peces pequeños que purgan por salir el hueco de la maldición de los negocios chicos, de los ajetreos financieros de forma pigmea.
Ni que decir de las armas que usan los seguidores de campaña electoral de los electos para acceder a los puestos escasos de empleo que sustenta el CAP, en este proceso se sabe que, si no tienes título aun, no pierdas el tiempo como joven haciendo campaña para alguien, ya que ahora la gestión pública acepta entrar al sistema con título profesional afín al área laboral que pretendes.
Ya no basta ser el leal en lluvia o sol, todos los leales deben tener título sino no pasa nada, este ejercito de espera ahora se pelea con quienes se abrazó en campaña, este grupo social se aniquila usando todas las armas con quienes se abrazó el día del triunfo de su candidato, ahora se olvida de la fraternidad y empieza el egoísmo, la traición, la cobardía y la actitud zalamera para obtener un puesto laboral, algunos lo logran, la mayoría no, encima muchas veces ellos tienen que ver como otros que ni alzaron ninguna bandera o encima trabajaron con el candidato competidor logran la plaza laboral que él o ella aspiraba, allí te das cuenta del texto que dice el gran filósofo Emiliano ALANYA en su muliza “Falsia” “Por las sendas del martirio, mi alma rueda con delirio; es la causa que me obliga decirle adiós a este mundo, tan lleno de falsedades y de injusticias sin nombre.”
Esta columna me trae a colusión, porque pasado 7 meses de asunción del cargo, noto que los equipos técnicos en cada autoridad electa están fallando y no hay logros grandiosos, ni siquiera regulares, seguramente algunos equipos técnicos lograran aprender y encarrilarse al año, otros serán más lentos y a los dos años y otros que nunca aprenderán, estos harán que la autoridad electa comparada con la anterior el pueblo lo tache de mediocre e incapaz su gestión.
Equipos técnicos que no saben leer planos, no saben las gestiones ante las instancias administrativas su delación o seguimiento, equipo técnico que no distinguen ni interpretan las
normas como debe ser, equipo técnico que defiende su horario, cuando debieran saber que cuando uno es gestión y más aún personal de confianza, no hay feriado, ni navidad, ni año nuevo o día de “santa rosa” todos los días se trabajan para dejar huella positiva y que la gestión marque historia, el equipo técnico da la vida, sus horas, sacrifica estar con su familia para optimizar la gestión, la autoridad que tiene un equipo técnico a dedicación, eficiente, sabia, e inteligente, sin duda alguna lo hará muy bien y el pueblo dirá “buena gestión” .
Ojalá ya las autoridades sepan quienes conforman su personal que los llevara al aplauso y loa popular, y también identifiquen quienes socavan y joden su gestión, a quienes suman apoyarlos, asegurar su estada, a quienes restan sacarlos, agradecerles y que vayan y jodan a otros menos a ti, ya no se está para aprender sino para emprender los cambios que beneficiaran al pueblo quienes son nuestra razón de ser.
