CORONA VIRUS

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. en filosofía y CCSS

De repente todo ha cambiado, el humano ha paralizado su maniobra destructora de bosques, ha bloqueado su pragmatismo financiero, ha parado su productividad irrespirable, ha detenido su rutina que lo estresaba, ha interrumpido su gula y ahora se ha puesto a pensar, no pensaba desde siglos atrás cuando la “peste negra” casi lo desapareció de la faz de la tierra y comenzó el renacimiento, época que fue propicia para el surgimiento de la ciencia que había sido postergado 01 milenio.

La corona virus ha puesto intranquilo, preocupado y desazonado al ser humano, lo ha colocado en modo filosofar sobre su condición miserable, sobre su situación existencial de gusano de la evolución, esa caña frágil que llamaba Pascal al ser humano, pero “caña pensante” al final, hoy es deber dudar y seguir a Pirron en su escepticismo con la pregunta ¿nos están diciendo la verdad los poderes del mundo?

Este virus le da la razón a Nietzsche cuando este sostenía que “la esperanza es el peor de los males” porque hace que el racionalismo sea desdeñado y la ciencia hecha a un lado para dar paso a ese valor que extermina al ser humano dejándolo sin defensa a las enfermedades, quizás Diógenes el gran cínico ya deducía siglos atrás que “todos morimos en el camino” no al final sino en el transcurso, en el devenir.

Hoy el humano dejo de producir, tonillo generar ganancias, abandono la mecánica laboral toxica y se ha puesto a preguntarse a sí mismo que la vida si acaba en un instante, se va en un frenesí, se agota no cuando falta la energía sino cuando algo lo toca, lo invade, y se apodera de su voluntad, tacha el determinismo y lo golpea con el naturalismo del fenecer.

Si la situación de los niños contaminados con metales pesados no alarmo porque no les toca vivir de manera personal y familiar, es clara la responsabilidad del Estado, ante tantas movilizaciones sociales y a pesar de haberse firmado tantas actas sin cumplir pues el Estado para salir del apuro y al paso ir atender la corona virus pues firma otra acta en la cual algo nuevo no hay, y solo redondeo en algo que se firmó y no se hizo, pues si no puede el Estado ¿ no sería bueno convocar a las empresas mineras para que construyan un fondo social de atención a estos males? , ¿ una alianza entre empresas extractivas para sumar un programa de atención médico y social para los afectados?

Hoy somos azotados por la corona virus, pero ¿nuestros males que durante 4 siglos fueron generados por la actividad extractiva, no dañan?, ¿no matan? ¿que se exigió al Estado mediante pelotones, a modo de exigencias con el puño en alto?, ¿cuánto cumplió el Estado, principal beneficiario de todas nuestras riquezas para alivianar estos males?.

Pues si la corona virus aniquila a la comunidad humana, los metales pesados aniquilan el futuro de los niños a quienes asuela y devora con el albur.

Ojalá parte de los fondos aprobados por esta pandemia de la corona virus sea destinado también a los niños afectados por metales pesados, porque si no es así, entonces debemos no solo tocar las puertas, no solo enfrentarse con cartulinas preñadas de mensaje a oficinas del Estado armando escándalo, pues también debemos exigir a la empresa privada a “hacer la chanchita” y atender con modo de primacía este tema.

La cuarentena seguirá, debemos acatar las medidas dictadas por el Estado, si lo hacemos pasaremos esta tormenta fatal y probablemente logremos la estabilidad social médica, sin embargo, los metales pesados están en nuestra atmosfera urbana y rural del Cerro de Pasco, y seguirán allí, matando lentamente a los recién nacidos, a los vulnerables, es urgente prever el futuro de los niños de nuestra ciudad , su cuidado, su manutención saludable, y construir un mejor porvenir es deber del , Estado , empresa privada y sociedad civil organizada atender antes ahora y después.