Las estrategias de los programas sociales tienen como fin evitar la deserción escolar y, posteriormente, potenciar sus saberes productivos.
El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), a través de sus programas sociales, continúa trabajando para velar por el desarrollo de las y los adolescentes y jóvenes en las zonas rurales, mediante el fortalecimiento de sus capacidades, tanto durante la etapa escolar como al dejar la escuela, con el fin de potenciar sus habilidades y saberes productivos.
“Con los debidos enfoques territorial e intercultural y no obstante las restricciones que la pandemia nos ha impuesto, el Midis continúa desplegando sus estrategias a favor no solo de niñas y niños, sino también de adolescentes y jóvenes, pues como sector nuestro objetivo es promover el desarrollo de las personas, sobre todo de las zonas rurales, en las diferentes etapas del ciclo de vida, y así continuar en nuestra lucha contra la pobreza y la pobreza extrema”, anotó la titular del sector, Patricia Donayre.
Así, desde el programa nacional Juntos se cuenta con una serie de instrumentos orientados a evitar la deserción escolar y promover los logros educativos. En la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, por ejemplo, se ha implementado el Bono Vraem, equivalente a S/ 300, el cual se entrega a aquellos hogares, cuyos hijos mayores de 14 años hayan culminado exitosamente el año escolar.
Adicionalmente, Juntos otorga S/ 300 a los hogares, cuyas hijas e hijas se hayan ubicado en el tercio superior de sus respectivos grados. El alcance de esta medida es muy importante en estas regiones del país. Solo durante el 2019, los hogares de 17,959 adolescentes y jóvenes accedieron a este incentivo, cuya entrega continuará este año, no obstante, la Emergencia Sanitaria y el Estado de Emergencia Nacional para evitar la propagación de la COVID-19.
En tanto, desde el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes) del Midis se viene capacitando a jóvenes en las 24 regiones que este programa interviene en diferentes tecnologías: riego por aspersión, siembra de hortalizas, siembra de granos andinos, mejora de la crianza de cuyes o gallinas, instalación de cocinas mejoradas, entre otras.
Con estas capacitaciones, se potencian los saberes productivos de estos jóvenes para que luego laboren como Yachachiq (que quiere decir maestra o maestro del campo) en sus comunidades, ya sea de sierra o de selva, en la implementación de proyectos, bajo la modalidad de núcleos ejecutores. Su labor se centra en la planificación, fortalecimiento y consolidación de la producción familiar con tecnologías y saberes ancestrales.
A nivel nacional, alrededor del 80% de Yachachiq son jóvenes, que cuentan con estudios terciarios, ya sea técnicos o universitarios, aunque también hay quienes solo han concluido la etapa escolar. Tras su capacitación y el desarrollo del proyecto en sus comunidades, las y los Yachachiq reciben una certificación, por parte del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace) del Ministerio de Educación que les permite luego insertarse en el mercado laboral de sus regiones.