TODO CONTINUA…

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En filosofía

Cuando tengas duda es mejor callarse me decía un viejo y “zorro amigo”, sin embargo si tu no dices, otros lo dirán, y perderse ese gusto, es definitivamente quedarse con las ganas; decir algo es arriesgarse a que no sea la verdad y no sea lo correcto.

El que gano lo hizo encogido, el que gano asumió una posición discreta, prudente y cauta, eso hace bien a la política pasqueña, el hecho de querer incidir en novedades, en hacer reingenierías y promover el cambio; todos debemos asumir una actitud de saber aceptar los resultados, de saber entender a la mayoría sea contundente o sea parcial y apretada.

Comprender un resultado incide en que no debe haber apasionamientos sino aceptar la realidad y entender el voto mayoritario, ese voto consigna una decisión consensual, que cree en una opción y debe aceptarse, la democracia es eso, el gobierno que elige la mayoría y que toma como opción una postura y una manera de gobernación.

Dentro de esa lógica, lo que queda es seguir, lo bueno que se hizo que continúe, y lo malo debe eliminarse, es simple, pero hay gente que llegado a la responsabilidad lo vuelve complejo y la torna difícil, esa gente debería no encargarse de asuntos que no pueden.

Ahora queda elegir a los funcionarios que se encargaran de hacer efectivo las promesas, que hagan realidad lo que en campaña persuadieron, ahora queda elegir a quienes deberían hacer lo justo, lo correcto y lo ideal.

Se renueva las esperanzas, remoza la actitud de los tiempos que se viven hoy, tiempos insulsos, y épocas que deberían marcar una vuelta no para andar en los mismos caminos sino para rejuvenecer mejores sendas.

No sé si tener dudas o contar con satisfacciones, fueron días muy agitados, días muy saturados, días muy diferentes las que se ha vivido, épocas intensas, por momentos des estresantes, pero al final se vive el respiro, se siente la inconclusión de que la vida es un sendero que tiene baches, obstáculos, pero más es la pista libre, la carretera a tabla rasa que es donde apresuramos la vivencia, y frenamos poco, porque aceleramos en la dicha y apaciguamos en la tribulación.

En fin no pretendo hacer de este ensayo de opinión una catarsis, una purga a mi conciencia o un catártico de mi conducta, sino que por momentos es mejor asfixiarte y luego desintoxicarte; ya que uno vive y debe dejar vivir, y seguir el camino no trazado sino formatear el sistema para recargarse y seguir.