TIERRA DE ENVIDIOSOS

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En filosofía

Las declaraciones de muchos líderes políticos, técnicos de alta gerencia o caudillos gremiales de la sociedad civil y el ciudadano común y corriente siempre casi son entre líneas, hablan algo que no dicen, expresan sustantivos cuyo verbo es diferente; envían mensajes no literales sino encriptados bajo la idea de “pendegramas”, como dice la chimoltrufia “… cuando digo una cosa digo otra”.

Su acción es contraria a su promesa, su lenguaje suena a excusa que a gestión, sus primeras obras son fruto de la administración anterior y no reconocen el mérito, solo aprovechan la ocasión; es la rutina que exige gobernar dirán otros, pero “al pan pan y al vino vino”.

Pero ¿que escribo?, lo que pido es un sueño cojudo, ignaro, porque los humanos y más aún los Cerreños no reconocen ni acreditan las buenas obras, los buenos libros, las lindas canciones, los versos brillantes, la publicidad creativa, el dibujo virtuoso, la obra teatral sobre saliente, la carrera pedestre ganada, la buena campaña , la acción solidaria, ¡lo bueno de sus coterráneos!, pero no, tierra de envidia y lascivia es la nuestra, por eso no progresamos como sociedad si como individuos, no como colectividad.
Somos expertos en destruir, echar abajo empresas, ideas, talento, gestiones, opciones, dones; por eso Eusebio se fue al valle, por eso Lamparita se fue a la selva, y romerito al huascaran, o el dibujante a la ciudad de los reyes, y los nuevos e inteligentes talentos todos ellos jóvenes e inteligentes, se van porque han anticipado y objetivado ese talento innato del Cerreño: jode y reinaras.

Tierra de jueces es el Cerro de Pasco, donde casi todos sentencian sin evidencia, decretan sin pruebas, arbitran sin axioma, basta la premisa y ya es cierto, basta el rumor y es verdad, suficiente la chismosearía y es apotegma.

Por eso quizás muchos hombres y mujeres llegado al poder, sisan, porque después de lo bueno que hayan hecho no los recordaran, sino más bien los denunciaran en procesos falsos o en acciones legales infatúas, en tierra donde no se reconoce el mérito es más sensible la idea de aprovecharse del cargo.

De razón muchos después de gobernar o tener encargos de poder, se van de esta tierra de sabios, porque saben que se les viene la noche del rumor falso y mal habido; no se atreven a estar o seguir residentado aquí ya que el prejuicio gana y el pre concepto negativo es intenso.

Salvo excepciones, la mayoría de alcaldes que fueron, de presidentes que estuvieron de funcionarios que administraron se fueron después de hacer oro, se van a disfrutar e invertir en otros lares; como sociedad malagradecida e ignota; tenemos lo que merecemos.

Por eso aquí en tierra de mineros, campesinos y montoneros administrativos, en tiempos de nueva gestión se requiere ser adulón, y en épocas de elección hay que ser criticón; canallas si se pierde una elección y amiantos si se gana.