MIRANDO DESDE HUANCAPUCRO

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En filosofía

Mirar desde Huancapucro te hace ver con una perspectiva disímil lo que pasa en estos días; más aún cuando miras al compás de la orquesta el baile social y político que se muestra y notas que los mayordomos nunca bailan al compás de los chunguinos, como pasa con las autoridades que bailan no a razón de las necesidades del pueblo sino en base a sus insuficiencias de gestión.

La denuncia penal en contra del alcalde provincial de parte de la minera local es una respuesta a un incoherente, desordenado e ininteligible asesoramiento que tiene al alcalde provincial a su alrededor, pelearse con la minera en épocas de “vacas flacas” es gastar “pólvora en gallinazo”, ¿qué lana puedes sacar donde ya está casi todo trasquilado?, ¿Qué consigues peleándote con una empresa que tiene una mina cerrada, Lectras Houl oxidándose y planta de óxidos parada?

Pero como todo propietario de inmuebles, uno defiende lo que tiene y posee; sea grande o sea chico; como dice “se hace respetar”; la minería debe mucho a la ciudad, si, de hecho, pero más nos deben quienes en nombre de exigir la responsabilidad ambiental se hicieron de grandes casonas en Lima, Huancayo o Huánuco. Nos deben más quienes en nombre de las huelgas mineras traicionaron a los mineros y se hicieron de títulos y tierras en diversos lugares del Perú. Nos deben más los políticos que llegaron al poder usando el eterno conflicto de ciudad y minería y luego se sentaron a gobernar sirviendo al “statuo quo”. Nos deben más quienes en nombre de la defensa de la ciudad y buscar rescatar la dignidad del pueblo, son los primeros que vendieron sus casas y terrenos a la depredación minera siendo propietarios e inquilinos.

¿Nos debe la minería? Por supuesto que sí, pero también le debemos mucho a la minería; solo que a diferencia de otros pueblos como Moquegua, Arequipa o Ancash, aquí la ganancia ha sido individual y no colectiva; la ganancia ha sido personal y no comunitaria; elegimos gobernantes y de los miles de millones producto del Canon minero y de las regalías mineras que hemos recibido en los casi 10 años de “vacas gordas” presupuestalmente que hemos tenido, ¿que hemos hecho?, no tenemos agua ni desagüe integral, la carretera a Yanahuanca sin terminar, la conexión vial con Oxapampa esta roída, una universidad sin laboratorios modernos ni ambientes adecuados para el nivel que rotula, salvo la maca todos los otros productos no son de exportación, la papa , el maíz, la carne, la lucma, la granadilla, la trucha y queso apenas llega a Lima.

Pelearse con la minería en estos días de delgadez es perder tiempo, sentarse a “chacchapar” para el bienestar de la mayoría es mejor, al final “charlar no es pactar”, no queremos “Tías María”, “ Islay” o “Congas” por aquí, sé que hay gente que quiere “incendiar la pradera” no haga caso esas voces señor Alcalde, haga caso las voces que le orienten a encontrar el bienestar de la mayoría y no al gusto personalizado de unos pocos que quieren más que ayudarlo a sabotear su imagen y gestión.