Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En Filosofía
El dramaturgo Oscar Wilde, que vivió gracias al periodismo pero le apasiono los dramas, sin duda es una de las figuras máximas del ingenio y la versatilidad para ser irónico y a la vez frontal, Wilde siempre agradecía a Dios por darle al hombre mucho pero por sobre todo por proporcionarle el valor de la compasión .
La compasión es un valor que hace a los seres humanos extraordinarios, tubo compasión Dios al no hacer cumplir el “ojo por ojo” cuando Caín mata a su hermano Abel, no le devolvió con la misma moneda, la compasión es un valor visto desde el idealismo como virtud excelsa, tenemos compasión cuando perdonamos al hijo de una malcriadez, tenemos compasión de aquellos seres miserables que nos piden una moneda o solicitan comprarles un producto que nos ofrecen, suena simple pero ese acto de compasión fortalece la vida del prójimo y la de uno mismo.
La compasión puede sonar a cojuda por momentos o tonta por instantes, pero tener compasión implica renunciar a la revancha, incide en dejar la venganza, y logra defender al perdón que es el resultado final de ese acto tan implícito que lo diferencia de los seres inferiores, los animales no tienen compasión porque su mecanicismo de sobrevivencia implica accionar sus palancas de ajusticiamiento y fuerza para seguir vivo.
Todo acto de compasión encierra una formación intrínseca recibida en la infancia y niñez en la familia, no se nace con compasión uno aprende tener compasión, de allí que cuando ves que hay seres humanos sin compasión suenen a insensibles, fríos y parcos.
La compasión es un acto donde nos olvidamos de nosotros y nos ponemos por instantes en el lugar del otro, concibiendo una actitud de respuesta altruista generada por nuestros mecanismos nerviosos de sensibilidad, miramos la desgracia ajena y nos ponemos en el lugar de aquel y reaccionamos con prontitud a salvar, ayudar, dar, ofrecer, accionar y amparar al que necesita nuestra ayuda.
La compasión es un acto vital para la sobrevivencia humana, sin compasión en el individuo, en el homo sapiens no se gestaría las grandes hazañas hechas por el amor social, realizadas por el romanticismo humano que miraba ayudar al prójimo, luchar por la igualdad social, sin diferencias y marcados estereotipos que inculcan división y selección en la especie humana.
Si vamos a la etimología del termino compasión pues viene del latin “cumpassio” que significa “sufrir juntos”, por compasión se llega a la paz, por compasión se va a la armonía, por compasión se invoca al acuerdo, por compasión llega el perdón, y de hecho la tranquilidad social, nos induce el Tora que solo los compasivos accederán a la heredad eterna, en un mundo materialista donde ser compasivo suena a ser débil, la compasión es un valor llamado a practicarla sin prejuicios ni ofuscaciones.
