ODIO Y AMOR

Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO

Lic. en filosofía

Es inevitable unirse al coro del sentimentalismo arraigado por los hábitos impuestos de una religión para que cada 14 de febrero sea eso el día del amor, porque ese rollo que también es día de la amistad se complementa, sabemos que la amistad es base del amor y la una depende de la otra, sin amistad no hay amor verdadero por eso los sabios concluyen que amistad y amor van sin separarse, solo amor decanta, solo amistad no hay riesgos, pero la suma de los dos hace posible el encuentro de dos mundos para forjar otros, en fin tanto del amor se habla y se dice pero vayamos a explicar su polaridad: el odio.

Si hay día del amor y la amistad, ¿porque no hay día del odio y de la discordia?, porque si hay año de la reconciliación nacional, ¿cuándo será el año del ajuste de cuentas para todos los corruptos del país?, preferimos celebrar el amor pero no a su vecina axiológica que es el odio, decía el gran filósofo del odio Mark Hawthorne que el odio es una posición tan natural en el ser humano que nos fluye sin problemas ni dilemas, no dudamos cuando odiamos, no vacilamos cuando aborrecemos, no hay incertidumbre ni eclecticismo, no hay esfuerzo al abominar, el odio y sus razones son tan contundentes que no requiere premisa, porque ya de por si es proposición valida, autentica, no cuesta nada odiar, es barata que por eso la usamos constantemente.

En cambio el amor decía el gran filósofo Empédocles es esfuerzo, hay que trabajar para amar, hay que reunir para querer, hay que esforzarse para ser uno de varias partes, y ni que decir de los dichos de los Corintios, el amor tiene tantas condiciones tantos requisitos que por eso al ser humano le secuela difícil amar, decirlo es fácil pero accionarlo he allí la cuestión, he allí el problema que aún no ha logrado consenso y unidad de criterios.

En la historia de la humanidad ¿que ha logrado más? El amor o el odio, de hecho los románticos y menos realistas dirán el amor, los idealistas sostendrán que el amor fundo, hizo, creo, y echo andar todo, sin embargo hay aspectos que desintegrar ver y concluir, el amor es buen motor pero el odio es la gasolina con la cual al carro se moviliza, el amor reúne pero el odio mantiene, nuestra unidad social depende del odio hacia la otra unidad social, por eso que la competencia es más compadre del odio que del amor, para el amor no debe haber competencia porque disgrega, selecciona, aparta, no es solidaria ni ayuda a la cohesión humana, sin embargo para el odio la competencia genera esfuerzo, aplicación de la máxima “el fuerte sobrevive, el que se adapta se mantiene vivo” es algo que es válido en la sociedad de ayer, hoy y mañana.

Adán cayó por amor y Lucifer hizo fracasar al hombre por odio a Dios, en fin dime tú, en tu existencia ¿cuándo logras más? ¿Cuándo odias o cuando amas?, buen fin de semana lleno de odio o de amor.