Fiorella Linda Gutiérrez Lupinta (Lima, 1985) Contemporánea.
Vestía un traje elegante y un sombrero de colores, era Dimitri Mendeleiev y me hablaba de la primera tabla periódica química... Yo, quedé sorprendida; le comenté que sentía gran admiración por él y que me parecía increíble todos los aportes que había brindado a la ciencia. Dimitri, me respondió: no es nada, hija… y sonrió.
Luego, escuché que alguien hacía una pregunta: ¿Qué es la vida para usted? Era uno de los alumnos aprendices de Aristóteles. ¡Sí! , el mismo Aristóteles estaba dictando clases de filosofía, a un grupo de jóvenes que lo escuchaban muy atentos y hacían muchas preguntas sobre la vida. Me quedé un poco pensativa, analizando la pregunta de aquel joven, y bueno, luego decidí salir de aquella escuela, ya que quería saber: ¿Qué podía encontrar, fuera de ella? Así que, me despedí de Mendeleiev y le agradecí; pasé por el lado de Aristóteles y realice un gesto de despedida.
Luego, caminé y caminé… hasta llegar a un parque lleno de rosas blancas, muy hermosas y con muchos brillos. Quedé anonadada observando las rosas...de pronto, escuché unos pasos, alguien llegaba… era Heráclito. No sabía ¿Cómo?, pero lo conocía. Él me tomó de la mano y me llevó corriendo por un puente. Yo pregunté: ¿A dónde vamos, señor? Él me dijo: iremos a ver a medusa… Yo tenía miedo, sabía que ella era espantosa y podía convertir en piedra a cualquier persona, tan solo haciendo contacto con sus pupilas. ¡Me asusté!...Heráclito me decía: ¡Apúrate!, se irá la reina mala, ¡Apúrate! Pero, yo le decía: ¡No quiero verla, por favor!, no quiero convertirme en piedra… Pero, no podía escapar.
Heráclito, no me escuchaba... Seguimos corriendo, hasta que llegamos al lugar. Era una especie de castillo en forma de abanico y con muchos espejos, ahí estaba ella (la reina mala), en el espejo más grande, llevaba un vestido blanco y flotaba en el espejo, tenía serpientes en la cabeza, no tenía pupilas en los ojos, solo esclerótica; no tenía boca, ni nariz y sus orejas tenían forma de hojas similares al de las plantas, solo que estaban llenas de espinas. Quería salir corriendo, estaba nerviosa y aterrada, pero no dejaba de mirarla. Ella me miró a los ojos, sentía que no podía moverme, por suerte en mi pequeña cartera tenía mi perfume con olor a arcoíris, lo saqué y lo rocíe en sus ojos rápidamente y al mismo tiempo, le gritaba: ¡No me convertirás en piedra, bruja mala! Ella, cayó al suelo, salí corriendo y no me detuve, incluso vi a Heráclito convertido en piedra, yo seguía corriendo...
Luego, me detuve a descansar. Vi un árbol y junto a él una gran escalera, sin dudarlo, comencé a subir… la escalera tenía muchos peldaños, parecía que no tenía final. Seguí subiendo, traspasé las nubes, hasta que llegué al final y solo vi una puerta de madera de color marrón. Parecía que se sostenía en el aire, abrí la puerta y estaba en una casa que tenía comedor, sala, etc. Me preguntaba: ¿Por qué por fuera no veía nada? Cansada, no dude en sentarme en una de las sillas; luego, me puse a pensar ¿Por qué todos estaban reunidos en una misma época, en un mismo tiempo? Luego,... yo misma me respondí: ¡Claro estoy soñando…!
De pronto, tocaron la puerta y sentí un poco de temor; pero, tome valor y pregunté, con voz fuerte y mucha seguridad: ¿Quién es? Respondieron enseguida, somos Morfeo y Cupido, y dije: ¿Cómo?... Abrí la puerta y entraron dos hombres altos y sin rostro; al verlos, me asuste; luego, ellos pasaron a la sala de la casa y se pusieron a bailar. Me quedé sorprendida y me comencé a reír sin parar, tanto que ellos dejaron de bailar y me dijeron: Fiorella, ya deja de reírte. Y yo, seguía riendo. Luego, ellos hablaban cada vez más fuerte y decían: Fiorella, Fiorella, Fiorella... y de pronto desperté.
Estaba en mi cuarto y seguía riendo un poco. Luego, trate de volver a dormir ya que, quería seguir soñando; pero, justo mi mamá tocó la puerta de mi cuarto, y me dijo: Fío, hija, se va a hacer tarde para tu trabajo; ya sal de los brazos de Morfeo. Bueno, sonreí y alcancé a ver la hora en el reloj. Sí, ya no era muy temprano, así que ya no pude dormir.
Semblanza del autor: Fiorella Linda Gutiérrez Lupinta (Lima, 1985). Cantante, actriz, escritora y poeta. Terapeuta de Lenguaje (UNFV). Estudió Enfermería Técnica dos años (Instituto Superior Tecnológico Santa Rosa), llevó estudios de Ingeniería en Acuicultura en la UNFV por tres años, estudios de Teatro en la Asociación de artistas aficionados. Ha realizado talleres de voz para teleoperadores, profesores y personas de la tercera edad. Autora del libro de poesía “Los Caminos de Florencia”, directora de la revista cultural y digital “Los Caminos de Florencia”, del elenco de teatro Florencia y de la banda de rock 12 Universos donde es la vocalista.